Náufrago salvadoreño sobrevive 16 meses bebiendo sangre de tortuga

Feb 02, 2014 · Sin categoría

Barco del Mexicano 16 Meses Deriva

Se llama José Ivan, un marinero salvadoreño que fue rescatado la semana pasada después de haber estado 16 meses a la deriva. Pero lo más increíble es que su embarcación construida con fibra de vidrio tenía sólo 7 metros.

Además, este náufrago estuvo acompañado de un amigo gran parte del viaje, pero este no pudo aguantar y falleció hace meses. José fue encontrado en el arrecife de Ébano Atoll de las islas Marshall, y solo vestía ropa interior gastada y tenía una tortuga a bordo. En estos momentos se encuentra de camino de regreso a casa, muy aturdido y sin tener conciencia exactamente de lo que ha pasado.

Tortuga Naufrago Mexicano

José ha estado sobreviviendo hasta hace una semana con el agua de la lluvia, pero cuando no llovía el liquido lo obtenía de la sangre de las tortugas que como de costumbre se acercan a las embarcaciones que se quedan a la deriva en el Pacífico, como las apasionantes historias de Maurice and Maralyn Bailey o la de Bill and Simonne Butler. Su dieta consistió en carne de tortuga, gaviotas y peces que cazaba sólo con sus manos ya que no le quedaba utensilios de pesca.

Todo comenzó en Septiembre de 2012, cuando José Ivan salió a navegar desde México hacia El Salvador para pescar tiburones. Su pequeña embarcación se quedó sin motor debido a una avería irreparable en el lugar. Después de 16 meses, la embarcación había recorrido 12.500 Km a la deriva. Y estoy seguro que en ese largo trayecto se encontró con islas desiertas por el camino, pero seguramente la mala suerte por no tener corrientes favorables más el hecho de no disponer de remos, hizo imposible un ‘aterrizaje’.

Mapa Recorrido Trayectoria  Naufrago Mexicano 16 Meses Deriva

Estamos hablando de alrededor 480 días sin ver tierra, o si la vio no pudo acercase a ella. Pero lo más importante: sin ser visto por ningún otro barco, y si fue visto no se percataron de que se encontraba a la deriva y necesitaba ayuda. Esto nos demuestra una vez más que el océano es un desierto de agua, especialmente en lugares alejados de las rutas marítimas, y que ni las balsas salvavidas ni las pequeñas embarcaciones son vistas por los grandes mercantes. Y si son vistos gracias al radar son ignoradas debido a que, o bien se desconoce que esas embarcaciones necesitan ayuda en ese momento, o simplemente, no hay nadie en la torre mirando lo que ocurre alrededor ya que estas grandes naves mercantes poseen sistemas de piloto automático.

Ejemplos claros han ocurrido a lo largo de los años en que incluso barcos cargueros han pasado de largo a pocos metros de las balsas salvavidas ignorándolos. Esto significa que la única esperanza de estos náufragos es bien llegar cerca de la costa donde otras pequeñas embarcaciones navegan observando la mar o bien arribar a alguna isla desierta, aunque en este último caso no hay que olvidar del último gran peligro al que se enfrenta el náufrago en la mar cuando se acerca a un arrecife o a un acantilado: ‘el aterrizaje’ 

Decenas de interesantes hazañas debieron ocurrirle a José Ivan durante su aventura. Tal vez algún día sabremos si su compañero de viaje llegó a ser parte de su dieta. Estaremos atentos para escuchar su historia en las próximas semanas cuando se recupere.

Si piensas que a algún amigo le puede gustar esta hazaña, no dudes en compartirla en los botones sociales de aquí abajo. Gracias!

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Raul Calderon agosto 22, 2014 a las 12:39 am
Alvaro Cerezo agosto 29, 2014 a las 10:17 pm

Corregido 🙂 Muchas gracias!

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