Mis 5 días con el náufrago japonés que vive desnudo en una isla desierta

Jul 09, 2018 · Curiosidades

QUIÉN ES NAGASAKI?

Un anciano japonés de 82 años que ha pasado más de 29 años viviendo completamente desnudo y como un “náufrago” en una de las pocas islas que permanecen desiertas en el archipiélago de Okinawa (Japón)

Su nombre es Masafumi Nagasaki, un viejo fotógrafo que un día decidió abandonarlo todo y decidió escapar para siempre a su paraíso soñado. La isla afortunada de tener a este peculiar huésped se llama Sotobanari, un lugar no dominado por el hombre y donde los pescadores de la zona rara vez paran.

Masafumi Nagasaki Japanese Robinson Old Naked

En realidad no tratamos con un amante extremo del nudismo, ya que  precisamente esta afición no fue exactamente lo que lo trajo aquí; En sus primeros años en la isla en los que aún conservaba costumbres de su vida anterior, pasaba los días con su cuerpo cubierto. Pero en una ocasión un fuerte tifón arrasó con su refugio y perdió sus escasas pertenencias, y pronto se dio cuenta de que ya no serían necesarias porque, en este remoto lugar, «ponerse ropa es estar completamente fuera del lugar».

Masafumi Nagasaki Japanese Castaway Robinson Desert Island

Masafumi Nagasaki se ha convertido en el náufrago voluntario que ha pasado más tiempo en una isla desierta superando incluso al urpassing even the Australian náufrago David Glasheen, que lleva viviendo 22 años en su isla desierta y con el cual pasé 5 días. Aunque David no a superado a nuestro querido Tarzan Vietnamita que estuvo aislado durante 41 años -aunque en realidad no fue voluntariamente-  y con el cual también pasé 5 días en su jungla.

Pero él siempre tuvo claro el acabar el resto de sus días como lo había hecho hasta ahora, en completa armonía con la naturaleza, sin obedecer lo que la sociedad le dice, sino lo que el medio le impone.

El ya habia decidido que «no hay mejor lugar en el mundo para morir».

Masafumi Nagasaki Japanese Castaway Desert Island

Tristemente, el pasado mes, las autoridades japonesas obligaron a Nagasaki a it a un hospital sin ninguna posibilidad de poder regresar a su isla 🙁

Pero afortunadamente, hace 4 años tuve la oportunidad de visitarlo en su isla. Fueron 5 días inolvidables conviviendo con Nagasaki que me ayudaron a ver a traves de sus ojos y disfrutar de su solitaria vida.  Después de tantos años siguiendo sus pasos, por fin pude estar solo cara a cara con este adorable náufrago japonés.


Masafumi Nagasaki Sotobanari

En este artículo os ayudaré a comprender sobre su fascinante personalidad, y conocer todos los detalles de su vida pasada y presente. Además, os aconsejo que veáis esta entrevista que le hice y que puedes encontrar en Youtube. También hemos creado esta página web especialmente dedicada a él como homenaje a su estilo de vida.

 

PREPARACIÓN DE MI VIAJE

En 2014, junto Tamiki Kato -nuestro director de operaciones que además es japonés- viajamos hasta el archipiélago de Iriomote en una de las exploraciones para buscar nuevas islas desiertas para nuestros clientes. Iriomote es un lugar salvaje, aislado y sin mucha población lo que lo hace un lugar perfecto para encontrar posibles islas. Hacía tiempo que a Tamiki y a mí nos hacía especial ilusión poder ofrecer a nuestros náufragos voluntarios una isla desierta en Japón.

Alvaro Cerezo Docastaway with Aoki

Habiendo ya visitado a varios náufragos míticos como David Glasheen o Ho Van Lang, llevaba años siguiendo la pista de este ‘ermitaño’. Por eso mi viaje a Iriomote era una gran oportunidad de pasar varios días con él y disfrutar de su isla. No obstante, no estaba garantizado de que aún viviese en Sotobanari o lo más importante: que simplemente me aceptara, ya que tenía conocimiento de que no le gustaba demasiado las visitas.

Cuando llegamos al archipiélago de Iriomote estuvimos los primeros días explorando diferentes islas y playas desiertas de la zona. Allí es donde Tamiki y yo conocimos a Mr. Aoki, mejor amigo de Nagasaki y el cual hizo de intermediario.

Alvaro Cerezo Docastaway arriving to Sotobanari Island

Mr. Aoki fue a la isla a informar a Nagasaki sobre mí pasión por los náufragos y sobre la posibilidad de pasar unos días con él. Y afortunadamente aceptó mi visita.

Pero como no hablo japonés, al día siguiente Tamiki decidió venir conmigo a la isla para así ayudarme durante mis primeros minutos con las presentaciones. Acto seguido Tamiki abandonó la isla dejándome a solas con Nagasaki, y permaneció en el pueblo más cercano desde donde esperaría hasta el final de mi experiencia.

MIS PRIMERAS HORAS CON MASAFUMI NAGASAKI

A mi llegada, me sorprendió ver que Masafumi Nagasaki lo tenía todo organizado y teniendo para mi preparada una tienda de campaña a cien metros de su campamento y equipada con todo tipo de detalle.

Masafumi Nagasaki Japanese Hermit

Durante las presentaciones Masafumi Nagasaki me hizo saber las numerosas reglas de su isla: «antes de entrar a tu tienda de campaña hay que limpiarse los pies con este barreño de agua que te he dejado en la entrada» 

Y continuó:

«hay solo dos toilets en la isla, cada uno en cada extremos de esta playa pero antes tienes que mirar primero hacia dónde va la corriente. Solo harás tus necesidades en el lado de la playa hacia donde vaya esa corriente, para que así los elementos se alejen» 

Masafumi Nagasaki old naked desert island Tengo que reconocer, que a pesar de las penurias económicas de este anciano, Nagasaki  nunca me pidió nada a cambio por pasar tiempo conmigo. Aunque eso sí, a mi llegada me confiscó toda mi comida 😀 Eso me hizo afinar mi instinto de supervivencia improvisando pesca por mi cuenta e intentar encontrar algo de comer en la jungla.

Por momentos me sentí como en la película ‘Hell in the Pacific’ (1968) donde un marine americano y otro japonés acabaron sobreviviendo por separado en la misma isla desierta.

 

MIS PROBLEMAS DE CONVIVENCIA CON ÉL

Masafumi Nagasaki es un bellísimo ser humano pero al mismo tiempo era extremadamente disciplinado, hasta tal punto que me supuso algunas situaciones surrealistas durante mi estancia en su isla;

Como suele ocurrir a las personas de avanzada edad, sus horarios eran estrictos. Pero nunca imaginé que podría llegar a tal extremo en una persona que precisamente dejó la civilización para huir del estrés. Todo lo contrario. Para es náufrago un minuto de retraso podría llegar a convertirse en un asunto de Estado.

Masafumi Nagasaki with Alvaro Cerezo Docastaway

Aunque antes tengo que reconocer que nunca he destacado por mi puntualidad, especialmente cuando me encuentro en una isla. La vida tropical te vuelve más flexible y precisamente es lo que esperaba de alguien que llevaba un cuarto de siglo en solitario.

Masafumi Nagasaki with Alvaro Cerezo Docastaway

El segundo día osé llegar 5 minutos tarde a su campamento para buscar justos ostras en la playa. Nagasaki entró en cólera repartiendo palabras malsonantes (aunque no las entendía estaba seguro que así eran).

A partir de entonces a cada cita iba con 5 minutos de antelación. Nagasaki incluso tenía un reloj de pulsera colgado en un árbol en la entrada de su campamento, el cual consultaba varias veces al día. Poco a poco mi estancia en su isla se fue convirtiendo en una experiencia casi militar, lo que la hizo algo bizarra pero sin duda más excitante 🙂

 

 

SU GENUINA PERSONALIDAD  

Su rutina estaba programada al milímetro. De 18:30 a 08:30 permanecía dentro de su tienda de campaña por temor a los mosquitos y nada lo hacía salir por mucho que yo insistiese.  Por eso dediqué se la mayor parte de mi tiempo deambulado en solitario por la isla, buscando comida.

Masafumi Nagasaki Japanese Castaway Robinson Desert Island

Cada mañana Nagasaki comenzaba sus sesiones de gimnasia seguido de horas de limpieza de la playa con guantes blancos y rastrillo. Jamás vi una playa más limpia que la suya, ni siquiera en los resorts más lujosos. Nagasaki pasaba varias horas al día barriendo algas y trozos de madera, y recogiendo con sus propias manos trozos pequeños de coral que había traído la marea durante la noche. Luego separaba la madera del resto y la usaba como combustible para cocinar. Raramente usaba madera de la jungla.

Nunca vi a Nagasaki andar descalzo: a pesar de vivir desnudo sus pies siempre se encontraban protegidos por unas sandalias de color crema. Vivía preocupado recogiendo los trozos de coral que podía patear por accidente. Y no le faltaba razón porque golpearse en un dedo con este tipo de objetos es muy doloroso pudiendo crear un problema serio en caso de infección.

Por eso, cuando Nagasaki caminaba por la playa era difícil verlo relajado: su cabeza permanecía inclinada examinando de lado a lado cualquier objeto que pudiese resaltar. Caminar con él en la playa se convertía en un paseo con decenas de paradas. Después de 5 días yo seguía impresionado por tal despliegue de energía.

Masafumi Nagasaki elderly nude Robinson

No obstante, es perfectamente comprensible que las personas a esas edades tiendan a ser estrictos con sus labores diarias para así guardar cierto orden. Sobre todo cuando sus facultades físicas y mentales comienzan a decrecer. Sin ir más lejos, durante mis 5 días observé que Nagasaki olvidaba frecuentemente objetos en diferentes partes de la playa, y a las que yo iba siempre al rescate. Por eso su estricto orden tenía toda la lógica.

Masafumi Nagasaki with Alvaro Cerezo Docastaway

Por otro lado Nagasaki vivía con miedo a ser contaminado con virus del exterior por lo que mi contacto físico con él era limitado. Por eso algunas veces se negaba a darme la mano o compartir alimentos. Tampoco le faltaba razón ya que nunca ha estado expuesto a patógenos de la civilización, y teniendo en cuenta su avanzada edad seguramente su sistema inmunológico esté poco preparado.

La comunicación entre los dos nunca fue demasiado fluida. Yo no hablo japonés y Mr. Nagasaki no sabe inglés, aunque sí conocía muchas palabras, incluso en español. ‘Señor’ era como él siempre me llamaba. Nagasaki nunca llegó a pronunciar bien mi nombre.

Alvaro Cerezo Docastaway in Sotobanari Japan

Sus cambios de humor eran muy pronunciados. En un minuto podía pasar de estar alegre y risueño a dar voces como un sargento enojado. Era una persona impredecible.

Cualquier detalle que no le gustaba podía hacer saltar la chispa. Un día me preparó arroz y al terminar de comer comenzó a gritarme por dejar varios granos sueltos en el plato.

 

MI ÚLTIMO DÍA CON ÉL

El último día mi querido Tamiki Kato vino a la isla a ‘rescatarme’ trayendo con él diferentes alimentos los cuales agradecí eternamente. a lado.

Masafumi Nagasaki with Alvaro Cerezo Docastaway

Mis últimas horas en la isla fueron muy simpáticas porque al fin tuve un traductor con el cual aclarar cientos de dudas que me habían surgido durante mi estancia. También pudimos hacer una entrevista muy interesante que podéis ver en el video de aquí abajo, y que recomiendo seriamente.

 

Fueron 5 días inolvidables y doy gracias a la vida por haber tenido la oportunidad de ver a través de sus ojos y disfrutar de su preciosa isla.

Masafumi Nagasaki with Alvaro Cerezo and Tamiki Kato DocastawayPorque tristemente el mes pasado las autoridades japonesas forzaron a Nagasaki a ir a un hospital, sin tener posibilidad de volver a su isla.

 

 

 

 

LA ISLA DE SOTOBANARI

Sotobanari Island Iriomote Okinawa Japan

A mi llegada quedé verdaderamente sorprendido por la belleza del lugar. Además esta maravillosa isla desierta es hogar de decenas de especies acuáticas y terrestres. Conforme nos acercábamos a Sotobanari con la lancha varias tortugas marinas se escondieron a nuestro paso.

En esta isla también viven jabalíes y un tipo de víbora llamada vulgarmente ‘Habu’ (Protobothrops flavoviridis) cuyas picaduras pueden ser fatales si no se tratan a tiempo. Masafumi Nagasaki ha tenido algún encuentro con ella, incluso cerca de su tienda de campaña, pero siempre sin incidentes.

Sotobanari Island Iriomote Okinawa Japan

No obstante es isla desierta no llega a ser ni la mitad de peligrosa que la de David Glasheen en Australia la cual está infestada de cocodrilos. Quedé asombrado por la cantidad de arañas que había en Sotobanari, de todas las especies y colores. Tambien me sorprendió ver que no habia ni un solo cocotero en toda la isla.

Al ser montañosa, la isla no recibe cobertura telefónica ya que la playa donde Nagasaki vivía está orientada en el lado opuesto al pueblo más cercano. Por eso durante mis 5 días estuve incomunicado con el mundo exterior a no ser que caminara hacia la lengua de arena cuando la marea bajaba.

 

SU VIDA PASADA

A Nagasaki no le gusta hablar de su vida pasada, pero sabemos que estuvo casado y sospechamos que además tiene 2 hijos. Su profesión más conocida fue la de fotógrafo, trabajo del que no quiere volver oír. Su afición le vino a través de su padre el cual fue muy famoso en la fotografía.

Masafumi Nagasaki

También se le ‘sospechan’ otros trabajos. Entre ellos en una fábrica de Osaka, otro en un hotel de Shizuoka, y también de barman en un burdel de Osaka. Incluso llego a tener su propio hostess club en Niigata aunque estos últimos no hemos podido confirmarlos.

Desde aquella esposa que tuvo con 52 años nunca ha vuelto a tener ningún encuentro con una mujer hasta el día de hoy. Pero Nagasaki dice que tampoco las echa en falta.

 

SUS PRIMEROS AÑOS EN LA ISLA

Según cuenta, llegó a esta isla hace ya 29 años: Mientras trabajaba en la fábrica en Osaka siempre le hablaba a sus compañeros de escapar de la civilización, y uno de ellos le habló de Iriomote. Entonces, durante de un vuelo de Fukuoka a Osaka quedó aterrorizado con la cantidad de polución que veía desde el cielo, sobre todo en el mar.

En ese momento decidió dejarlo todo y marchar a ese lugar que su compañero le habló.

Cuando llegó a la isla principal, se quedó decepcionado porque no era lo suficientemente salvaje para desconectar del mundo moderno. Según él, en Iriomote seguía habiendo personas, algunos coches e inclusos algunos turistas ocasionales. Entonces, justo antes partir en búsqueda de un nuevo lugar, un pescador local le convenció para probar el islote de Sotobanari, el cual no se encontraba demasiado lejos de la costa, pero que estaba desierto.

Sotobanari Desert Island Iriomote Japan

Sotobarani Island Iriomote Okinawa Japan

Juntos fueron hasta esta isla y Nagasaki quedó enamorado al instante. No obstante, temía que no pudiese quedarse allí «le insistí al pescador que vendría el dueño para echarme de allí, a lo que el pescador me replicó que la isla tenía muchos dueños y que seguramente no sería fácil ponerse de acuerdo todos para echarme» y continuó «el pescador me dijo que si nadie venía a echarme podía quedarme» Y así lo hicieron, el pescador abandonó la isla dejando Nagasaki completamente solo con una tienda de campaña.

Sotobanari desert Island Iriomote Okinawa Japan En realidad fue el azar lo que llevo este náufrago a Sotobanari. Nagasaki nunca tuvo preferencia por las islas desiertas. Cualquier lugar aislado en la naturaleza le hubiese valido igualmente. En principio pensó estar en la isla uno o dos años. Nunca imaginó que acabaría allí el resto de su vida.

Los primeros meses fueron muy duros debido a los tifones. Nagasaki era un hombre de ciudad sin ninguna experiencia a la intemperie. Pero poco a poco se fue haciendo con la vida en la isla, y a entender los ritmos de la naturaleza. A los años, incluso comenzó a tener empatía con los animales y a rechazar la carne o el pescado. Entonces fue cuando comenzó a experimentar por primera vez en su vida el significado de la felicidad.

Masafumi Nagasaki

Nagasaki ha intentado varias veces ser autosuficiente cultivando vegetales. Pero por desgracia, el terreno de la isla no es muy fértil y casi todo lo que siembra se pierde. Por eso la hermana mayor de Nagasaki le envía cada mes 80 USD para poder sobrevivir ya que la isla no le da lo suficiente. Una vez al mes, Nagasaki se pone sus ropas y se desplaza en su barca al pueblo más cercano para comprar comida donde no suele permanecer más de 2 o 3 horas. Esta es en realidad la única manera que tienen en el pueblo de saber que aún sigue vivo.

En principio a todos nos hubiese parecido más romántico si Nagasaki hubiese podido sobrevivir de la naturaleza sin ayuda exterior para así haber podido ser un hombre autosuficiente y más libre. Pero también hay que tener en cuenta que a su edad sería muy difícil mantenerse con vida a largo plazo. Sobrevivir en una isla con tus propios medios es una ardua tarea que conlleva mucho desgaste. Nuestros clientes pueden sobrevivir en nuestras islas desiertas fácilmente porque suelen tener edades más razonables (de los 21 a 65 años) pero sobre todo porque cuando sobreviven lo hacen por sólo unos días, pudiendo hacer uso las reservas que tenemos en sus cuerpos. Pero a los 82 años todo es muy distinto.

Masafumi Nagasaki En una de esas escapadas al pueblo conoció a Mr. Aoki, un hombre pícaro con una vida pasada muy interesante llena de aventuras y desventuras. Por lo que pude entender, se trataba de otro ‘inadaptado’ que acabó en Iriomote también escapando de la rigidez de la sociedad japonesa. La conexión entre Nagasaki y Aoki fue inmediata y se hicieron grandes amigos. Desafortunadamente Aoki falleció recientemente por lo que Nagasaki se quedó un poco más solo.

En sus primeros momentos en la isla Masafumi Nagasaki dispuso de una cabaña pero esta fue completamente desintegrada por los tifones, por eso decidió vivir en tiendas de campaña. Aquellos tifones le hicieron perder gran parte de sus pertenencias, entre ellas su ropa. Pronto se dio cuenta que de que en realidad no eran necesarias «ponerse ropa en esta isla está completamente fuera de lugar»

 

SU FILOSOFÍA DE VIDA Y FORMA DE PENSAR

Estando en la isla me contó algo muy curioso que me sacó una sonrisa «Cada cierto tiempo subo a lo más alto de la isla para ver mi campamento desde arriba. Mi único propósito es el poder ver como de grande soy yo en el lugar. Si mis cosas que se ven abajo están ocupando demasiado terreno entonces sé que debo de prescindir de más cosas. Mi único intención es vivir mezclado en este entorno sin que mi presencia se note».

Masafumi Nagasaki

Aunque aún sigue valorando algunas cosas de la civilización, especialmente los mecheros «son una herramienta increíble». No obstante, no hay muchas más cosas que le guste del mundo moderno. Él lo tiene claro: «Incluso si la sociedad cambiara radicalmente a mejor yo ya nunca volvería»

Y continuó: «Aquí en la isla no hago lo que la gente me dice, sino que sigo las reglas de la naturaleza. Aquí no puedes vencer a la naturaleza, así que tienes que obedecerla por completo»

Masafumi Nagasaki Japanese Castaway Robinson Desert Island

Nagasaki parece haber sido decepcionado mucho en su pasado. Me comentó que una de las razones por las que acabó en la isla es por haber sido demasiado bueno con la gente, la cual solía aprovecharse de él: «En la civilización la gente me trataba como un idiota, y me sentía como un idiota. Ahora en esta isla no me siento así»

Comprendo lo duro que tuvo que ser para él la falta de adaptación a una sociedad tan rígida y exigente como la japonesa. De hecho hay miles de personas en este país que se suicidan cada año por este motivo. Curiosamente Nagasaki nunca contempló quitarse la vida en ningún momento, ni siquiera en sus años más críticos «Soy una persona demasiado positiva para suicidarme. Siempre buscaría cualquier alternativa como la de escapar y vivir en esta isla»

Masafumi Nagasaki

Nagasaki no cree en la vida después de la muerte. No cree en ninguna religión a las que culpa de todos los males del mundo. Tampoco tiene miedo a morir. Aunque lo que si tiene muy claro que quiere morir en la isla.

Todos estos años, el gobierno ha intentado convencerlo para que vuelva a la civilización. Incluso el año pasado le obligaron a moverse a la isla de enfrente, lugar donde ha seguido viviendo desnudo con su tienda de campaña. El gobierno está dispuesto a pagarle una casa e incluir la manutención. Pero Nagasaki siempre se niega. Él ya ha decido que no hay mejor lugar para morir. Y en mi opinión no le falta razón.

No obstante Nagasaki está convencido de que nunca podrán echarlo «Me resistiría con uñas y dientes. Daría mi vida para proteger el lugar. Mi misión es ahora proteger esta isla»

Por desgracia este mes ha sido ‘capturado’ en la playa y traído a la civilización por la fuerza. Ya nunca lo dejarán volver al lugar donde su vida cobró sentido. Nagasaki es toda una inspiracíon. Imaginaros, nuestros clientes normalmente pasar una o dos semanas en nuestras islas desiertas. Pero Nagasaki pasó 29 años. Es todo un héroe para nosotros. Por cierto, no os perdáis la entrevista que es verdaderamente entrañable.  Sólo en Facebook ha llegado a los 3 millones de reproducciones.

¿Piensas que alguno de tus amigos disfrutaría conociendo a este náufrago voluntario? Si es así comparte este artículo con ellos. Gracias!

Si te gustó este náufrago seguro que te gustará leer la historia del Tarzan Vietnamita o la del Robinson Australiano.

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{ 4 comments… read them below or add one }

Antonio Palomo Simeon enero 22, 2013 a las 12:53 am

este si que sabe.

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Alvaro Docastaway enero 28, 2013 a las 5:27 pm

🙂

Responder

Luu Laitano agosto 30, 2013 a las 12:39 am

I D O L O ♥ ah Me voy a ir a vivir desnuda chau.

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Alvaro Docastaway enero 26, 2014 a las 6:22 pm

🙂

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