Conociendo a Maurice Bailey

Nov 12, 2019 · Naufragos

 

A lo largo de mi corta vida y por razones de trabajo he tenido la fortuna de enriquecerme con personas peculiares. Explorar archipiélagos remotos para buscar islas desiertas me ha dado la oportunidad de descubrir algunos ermitaños asombrosos como el náufrago voluntario Masafumi Nagasaki o el tarzán vietnamita Ho Van Lang.

También he conocido personajes singulares entre mis clientes -aquellos que solo buscan convertirse en un náufrago voluntario por unas semanas- como Reikko Hori o Ian Argus Stuart. Porque gente que quiere escapar de la civilización los hay de muchos tipos.

Lo que no sabía es que un día iba a conocer a alguien como Maurice Bailey, que después de 117 terroríficos días sobreviviendo en el mar, este volvería a repetir su experiencia voluntariamente, pero no en una isla desierta, sino en una pequeña balsa inflable.

La historia que vivieron Maurice y Maralyn es ya es bien conocida en este artículo que escribí, y también en el libro ‘117 Días a la Deriva’ que se convirtió en un clásico para los aficionados al mar en los años 70 y 80. Pero con el tiempo, esta aventura cayó en el olvido.

El libro me cautivó desde muy joven y siempre fueron muchas las ganas que tuve por conocer más detalles de esta pareja. Por desgracia Maralyn falleció de cáncer en el 2002 y perdí una oportunidad de saber más sobre la segunda protagonista de la historia, porque en mi opinión, los primeros protagonistas fueron los animales. Por eso no podré explicar mucho sobre la personalidad de Maralyn, porque nunca la conocí. Mi limitada información fue gracias a lo que Maurice pudo explicarme sobre ella y también por el libro.

Tristemente Maurice falleció recientemente a la edad de 84 años. Por eso he creado este video ahora, como homenaje a sus vidas. Pero también porque es una historia olvidada. Cincuenta años después, en la era del feminismo y del animalismo que vivimos, pensé que era un buen momento para relanzar esta fascinante ‘fabula’

Hace unos años no dude en ponerme en contacto con Maurice, lo cual no fue fácil, ya que la última década la llevó de una manera muy austera y alejada de la sociedad.

Ya en el libro se intuía que esta pareja era muy sensible hacia el medio ambiente. A pesar de que la supervivencia primaba, quitar la vida a los animales que vivían alrededor de la balsa fue una experiencia traumática debido al amor que tenían hacia ellos. Con lágrimas en los ojos Maurice explicó que tuvieron que quitarle la vida a seres vivos para comer.

“Estábamos viviendo tan cerca del mar que nos convertimos en parte del mar, simplemente viviendo como unas criaturas marinas más“

Por eso, Maralyn and Maurice se hicieron la firme promesa de que si al final eran rescatados, ningún animal volvería a sufrir de nuevo en sus manos, por lo que se convirtieron en vegetarianos. Y así fue, ya que Maurice me confirmó en el 2016 que nunca probó la carne desde entonces.

Maurice me confesó que si pudiese volver atrás, si supiese que sería rescatado después de 4 meses, volvería a vivir en esa balsa a la deriva a pesar de todo el drama que vivió. Porque según él fue una experiencia maravillosa ya que nunca antes había convivido tan de cerca de la naturaleza durante tanto tiempo. Y que se enamoró de los animales que se acercaron a vivir con ellos, sobre todo de una ballena que se quedó mirándolo fijamente durante media hora a escaso centímetros de la balsa.

También me sorprendió la admiración que profesaba hacia su mujer la cual fue su guía a lo largo de su existencia. Maurice estaba profundamente enamorado de ella, y lo era todo en su vida. Maralyn fue la persona que le dio la seguridad que necesitaba para enfrentarse en su día a día, también fue la persona que lo salvó la vida en la balsa.

Desde que ella se fue, Maurice ha vivido todos estos últimos años completamente solo. Y cuando digo ‘solo’ no pretendo exagerar porque Maurice no tenía a nadie en este mundo.

Siempre me costaba creer que yo era una de las únicas personas que mantenía contacto con él hasta su muerte. A veces nos llamábamos. Otras veces nos escribíamos por email. Yo siempre le insistía de la necesidad de yo tener algún contacto alternativo en el caso de que un día dejara de responder a mis llamadas o correos. Nunca pudo darme ninguno porque, aunque cueste creer, no tenía a nadie.

La última conversación que tuve con él fue a raíz de la historia del náufrago Salvador Alvarenga que recientemente estuvo 438 días a la deriva. A Maurice le regalé el nuevo libro sobre este Salvador. Quería saber su opinión al respecto e intercambiar impresiones. Después de esa conversación sobre este nuevo náufrago nunca supe nada más de Maurice. Fueron varios los meses intentando contactar con él. Después de hablar con varias personas que vivía cerca de su casa, fue la editora la que me dio la fatal noticia.

 

 

SU RELACION CON MARALYN

A pesar de que Maurice en la entrevista no parecía reconocerlo, se sentía muy solo por no tener a Maralyn. Sus incomodos silencios le delataban. Por eso en otras ocasiones llegó a decir:

“Maralyn siempre fue mi luz guía a lo largo de toda mi vida y ahora que se fue me siento increíblemente solo” sentenciaba

Maurice Charles Bailey nació en Derbyshire in 1933. Mi impresión es que no tuvo una buena relación con sus padres de los cuales recibió una educación muy estricta y sin ningún afecto. Maurice nunca volvió a verlos después del servicio militar a los 19 años.

Maurice no era una persona creyente, más bien todo lo contrario. La experiencia que tuvo con su familia la cual era muy conservadora y de fuertes valores religiosos le hizo renegar de todo lo relacionado con la iglesia, incluso rechazar al mismo concepto de Dios.

En cambio Maralyn si creía en ‘algo’. Creía que gran parte de lo que les sucedió en el Océano Pacifico estaba predestinado. Su fe en algún poder sobrenatural que gobernaba su vida nunca se debilitó.

Durante la experiencia de 117 días en la balsa inflable, Maurice estuvo a punto de rendirse varias veces. Pero la energía que Maralyn poseía y su fe en el destino fue lo que le hizo no desfallecer y arrastrar a Maurice a aferrarse a la vida.

“Si hubiese estado solo en esa balsa no hubiese sobrevivido. Fue Maralyn la que me salvó” Maurice afirmaba

Lo que nunca supe de Maurice es sobre su calidad humana, con una humildad sorprendente pero poseía una serie de inseguridades que lo limitaron notablemente a lo largo de su vida. Todos estos complejos los fue arrastrando desde su infancia. Su sinceridad era increíble y Maurice nos abrió su corazón de par en par delante de la cámara.

Me desveló que tuvo una infancia muy dura porque a la falta de empatía de sus padres se le unió sus complejos físicos. Maurice sufría tartamudez, cosa que hacia agravar su timidez. Durante la adolescencia, su inseguridad le hizo sentirse discapacitado para tener amigos.

“La naturaleza no me moldeó como una persona segura y sabía que necesitaba a alguien como Maralyn en mi vida para compensar la confianza que me faltaba. Desde que era pequeño ponía nervioso y obsesionado acerca de cómo los demás me miraban y consideraban mis imperfecciones físicas, mi falta de aptitud y mi naturaleza introvertida»

Maralyn Collins Harrison nació en Nottingham in 1941. Cuando era muy joven sus padres se divorciaron y acabó siendo adoptada por una pareja de Derby. Maralyn acabó trabajando como funcionaria en una oficina de Hacienda.

La manera que se conocieron memorable y que podéis leer en este otro artículo (en inglés).

“Fui extraordinariamente afortunado haberla encontrado. Fui extraordinariamente afortunado que ella me eligiese a mí entre todos los pretendientes que debió haber tenido. Yo fui el que se casó con ella y de verdad que este hecho lo encuentro extraordinariamente afortunado. Sin lugar a dudas ella era una mujer increíble”

Maurice y Maralyn contrajeron matrimonio en 1963. No fue una misión fácil para él atreverse a pedirle la mano de ella:

“Nunca en mi vida encontré la fuerza que empleé para supera mis inhibiciones sociales y así poder pedirle a Maralyn que se casara conmigo. El evento fue realmente remarcable porque no tenía ningunas esperanzas de que aceptara mi propuesta. Que ella lo hiciese con tanta disposición dice mucho. Siempre me había imaginado que estaría en lo más bajo de la lista de sus pretendientes. En mi mente de soltero, el matrimonio parecía una idea descabellada e inverosímil, pero lo extraño era que, para Maralyn y para mí, pareció funcionar”

No obstante Maurice nunca mostró demasiado entusiasmo en ningún tipo de ceremonia, especialmente las religiosas. Por suerte para él Maralyn tenía una aversión similar a tales rituales. Maurice fue también reacio a tener hijos.

“Tuve que discutir con Maralyn mi rechazo hacia la procreación; Estaba decidido a que mi línea genética terminaría conmigo. Una vez más, ella me sorprendió y dijo que tampoco deseaba la tener hijos”

“A lo largo de los años, un tema frecuente planteado en las reuniones sociales ha sido la familia. Las personas sospechaban que teníamos un problema físico o, con bastante frecuencia, pensaban que éramos simplemente egoístas. Siempre fallaba en hacerme entender en mis razonamientos. He perdido la cuenta de la cantidad de veces que he tartamudeado ‘No es que no me gusten los niños…’. En realidad no estoy interesado en ellos, ya que siempre me siento incómodo en su presencia, sin saber qué hacer o decir. No soy un padre, creo, por la misma razón que no soy un físico nuclear o un astronauta. Trato de no hacer cosas que no puedo hacer bien»

A pesar de esto ellos eran felices pudiendo dedicar sus vidas a lo que más les apasionaba:

“Maralyn y yo estábamos contentos y siempre nos consideramos una familia, no una pareja, sino una familia de dos. Creamos un propósito para nosotros mismos y ninguno de nosotros se preocupó mucho por lo que los demás pensaban»

También puedes saber mas sobre la aventura en la balsa en este artículo mucho mas extenso que escribí en inglés. 

 

 

 

 

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